El amanecer nos regala una bella imagen sobre el valle de Chauen.
Rápido nos preparamos y nos ponemos en marcha.
El primer tramo de casi 400 kilómetros es por el interior hasta llegar a Kenitra. Esto nos ofrece la oportunidad de recorrer parte de la cordillera del Rif pasando pueblos y aldeas donde parece que el tiempo se ha detenido hace décadas.
Las carreteras del interior de Marruecos no están en muy buen estado y los primeros 400 kilómetros no cunden.Pero por fin llegamos a la autopista. No paramos ni a comer, bocadillo en ruta. Seguimos hacia Agadir.
Marruecos es un país de contrastes: tan pronto ves barriadas de chabolas como urbanizaciones con todos los servicios. Qué mal repartido.
Llegamos de noche a Agadir. En Marruecos todo fluye, como dice Pedro. Si conducir de día ya es una aventura, de noche y en una gran ciudad superó con creces nuestras expectativas.
Nos hospedamos en el Camping Internacional de Agadir.
Justo para pasar una noche. Sin agua caliente.
Echamos las tiendas en suelo duro no, lo siguiente. Barbacoa, charleta y a dormir. Ha sido un día con muchos kilómetros.
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Chefchaouen - Agadir
Camping Internacional de Agadir.
